viernes, 30 de diciembre de 2011

El Torín y los intrépidos aeronautas del S.XIX (parte II)


Con este anuncio en La Vanguardia, del 1 de noviembre de 1888, se publicitaba la ascensión en globo que esa misma tarde pretendía realizar el Capitán  Joan Budoy en la plaza de toros El Torín.

Lo que este señor pensaba hacer no era un simple ascenso subido en la cesta de un globo aerostático sino algo mucho más arriesgado y espectacular para satisfacer las expectativas de un público muy exigente. Su intención era elevarse en un globo sin cesta, agarrado únicamente a una cuerda en la que pretendía realizar algunas acrobacias. El resultado fue un completo desastre con muertos y heridos entre los espectadores.

Según la noticia publicada en La Vanguardia el 2 de noviembre, los hechos fueron los siguientes: mientras el Capitán Budoy empezaba la ascensión entre aplausos entusiastas del público, tropezó con un madero que sujetaba el globo y cayó al suelo perdiendo la conciencia por unos instantes. Seguidamente y a causa del golpe, el madero salió despedido hacia la barrera impactando contra los espectadores. El resultado fue de un muerto, un herido grave y varios heridos leves que se llevaron un susto tremendo como recuerdo. Las heridas del Capitán Budoy consistieron en un pie dislocado y contusiones por todo el cuerpo, incluida la cabeza.

En cuanto a los espectadores heridos, La Vanguardia publicó al día siguiente todo tipo de detalles sobre su vida y su estado de salud.


 Por lo que al Capitán Budoy se refiere, el susto le quitó las ganas de hacer más acrobacias y acabó vendiendo el globo a un vecino del barrio de Gracia, según noticia en La Vanguardia del 23 de noviembre del mismo año. Lo que no he podido descubrir es el nombre del comprador del globo ni si se atrevió a subir en él.
La historia terminó con una actuación benéfica dedicada a Joan Budoy en la misma plaza de toros donde ocurrió el accidente. La celebración tuvo lugar el 25 de noviembre e incluía acróbatas, payasos, y la parodia de una corrida de  toros con una novilla embolada.



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